Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), casi 6 millones de hondureños están habilitados para votar en estas elecciones internas del próximo domingo 9 de marzo, en las que participan los principales partidos políticos del país.

De acuerdo con lo establecido en la Ley Electoral hondureña, las elecciones presidenciales se definen en primera vuelta mediante una mayoría simple, lo cual convierte a las primarias en un pulso de carácter político en el que los partidos miden sus fuerzas de cara a las elecciones generales.

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A su vez, los comicios de este domingo no solo son un primer termómetro de la voluntad popular, sino también una oportunidad para evaluar la eficacia del sistema de transmisión de resultados preliminares (TREP), en un contexto regional donde fallas, hackeos y demoras han propiciado denuncias de fraude y acciones golpistas.

¿Qué son y para qué sirven las elecciones primarias?

Las elecciones primarias son un mecanismo mediante el cual los partidos políticos seleccionan a sus candidatos para competir en las elecciones generales. En Honduras, este proceso es fundamental porque permite a los ciudadanos, de manera abierta y simultanea, influir directamente en la selección de los líderes que podrían gobernar el país de cara a las elecciones generales de noviembre de este mismo año.

Alrededor de 5,8 millones de hondureños podrán votar en las primarias para elegir a los candidatos para unos 2.990 cargos, entre ellos el de presidente, tres designados presidenciales (vicepresidentes), 298 alcaldías municipales y 128 diputados.

Además, serán elegidos 128 candidatos para diputados suplentes ante el Parlamento local y 20 propietarios e igual número de suplentes para el Parlamento Centroamericano (Parlacen).

El Consejo Nacional Electoral (CNE) ha asegurado que todo está listo para las elecciones. Se ha capacitado a 162 custodios electorales y se han preparado más de 5,000 centros de votación. Además, más de 800 observadores, incluidos internacionales de la OEA y Uniore, han sido acreditados.

Los partidos

Los partidos que participan en estas primarias incluyen al oficialismo, con la actual ministra de Defensa, Rixi Moncada, como favorita a ser la próxima candidata presidencial. En tanto, los partidos tradicionales que gobernaron Honduras durante años, buscan retomar el protagonismo tras escándalos de narcotráfico y corrupción.

1. Libertad y Refundación (Libre)

Partido en el poder, liderado por el expresidente Manuel Zelaya, quien asesora a su esposa, la actual presidenta Xiomara Castro. Los precandidatos que disputaran la candidatura el próximo 9 de marzo son Rixi Moncada, ministra de Defensa y su rival interno, Rasel Tomé, vicepresidente del Parlamento.

2. Partido Nacional

Es la primera fuerza de oposición y gobernó Honduras en varias ocasiones. Busca recuperar el poder tras la condena por narcotráfico de su expresidente, Juan Orlando Hernández (JOH). La candidatura será disputada por el exalcalde de Tegucigalpa, Nasry Asfura, la esposa de JOH, Ana García, el diputado Jorge Zelaya y el exgerente de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica, Roberto Martínez Lozano.

3. Partido Liberal

La segunda fuerza de oposición tiene una larga historia en la política hondureña y busca recuperar relevancia tras años de declive. Sus candidatos son Jorge Cálix, el mediático Salvador Nasralla, político y empresario con un historial de participaciones en elecciones anteriores y Maribel Espinoza.

El pasado

En tanto, las primarias de 2025 no solo son un paso técnico en el proceso electoral, sino también una prueba de la fortaleza del sistema democrático hondureño.

Honduras tiene un historial de injerencia en materia electoral. Desde el golpe de Estado de 2009, que derrocó al entonces presidente Manuel Zelaya, el país ha enfrentado desafíos significativos en la consolidación de su democracia. Las elecciones de 2017, por ejemplo, estuvieron marcadas por acusaciones de fraude y una crisis postelectoral que dejó al país sumido en la incertidumbre.

La interferencia en los asuntos internos del país, proveniente particularmente de Estados Unidos, ha sido una constante en la política hondureña. Desde el apoyo a regímenes autoritarios durante la Guerra Fría hasta la influencia en políticas económicas y de seguridad en las últimas décadas, Estados Unidos ha jugado un papel determinante en la historia reciente de Honduras.

Este contexto hace que las elecciones primarias de 2025 no solo sean un ejercicio democrático, sino también una oportunidad para que el país reafirme su soberanía. De heccho, este martes la Embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa le advirtió este martes a sus ciudadanos sobre eventuales «manifestaciones o multitudes» durante las elecciones primarias e internas que se celebrarán en Honduras el 9 de marzo.

«Los ciudadanos estadounidenses deben esperar una fuerte presencia policial y militar en todo Honduras el día de la votación, con actividad concentrada en los lugares y centros de votación que a menudo están ubicados en las escuelas», indicó la legación diplomática en un comunicado difundido en su página oficial.

Sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP)

Uno de los aspectos más importantes de estas elecciones primarias es el sistema de transmisión de resultados. En procesos anteriores, este sistema ha sido objeto de críticas y sospechas, lo que ha generado desconfianza en la población. Para abordar este problema, el Consejo Nacional Electoral (CNE) implementará un nuevo sistema de transmisión de datos con el fin de monitorear en tiempo real el avance de los resultados.

Además, se ha capacitado a más de 20,000 técnicos y voluntarios para garantizar el correcto funcionamiento del sistema. Sin embargo, la prueba de fuego llegará el día de las elecciones, cuando millones de hondureños esperarán resultados rápidos y confiables. La transparencia en este aspecto es fundamental para garantizar la legitimidad del proceso y evitar tensiones postelectorales.

Más si se tiene en cuenta que Estados Unidos ha tenido una influencia significativa en la política hondureña, ya sea a través de apoyo económico, presión diplomática o intervención directa. De hecho, la influencia de organizaciones no gubernamentales financiadas por Estados Unidos en procesos electorales ha generado controversias y sospechas.

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